En lo alto de una torre de Ferro, se escondía atemorizada una preciosa, sencilla amable… princesa.
En los ultimos tiempos habia sido acosada por muchos dragones aunque nunca la conseguian raptar debido a la fuerza y la valentia de un apuesto soldado, que en aquel tiempo era su pretendiente.
El apuesto soldado se había declarado enamorado un monton de veces a Boscuaina, que así es como se hacia llamar la princesa. Esto, a Don Mortadelo, padre de Boscuaina y rey del castillo, le tenía muy descontento. Cuando su hija ya estaba dispuesta a contestarle un sí a su apuesto soldado, Don Mortadelo se lo prohibió y mandó matar al soldado.
Pero, ¡cómo no!, el soldado era el mejor guerrero del rey y se deshizo rápidamente de los demás soldados que lo atacaban con saña, uno detrás de otro.
Cuando el rey vio que había matado a veinte de sus soldados, decidió hacerlo él mismo.
La princesa, como sabia que el soldado era muy buen luchador y que mataría a su padre con facilidad, lloriqueando, hizo llamar al soldado y le dijo:
-¡Por Saturno!, te pido que cuando mi preciado padre se disponga a luchar contigo huyas como un cobarde. No deseo que mi padre sea matado por el hombre de mi vida.
- El amor que le tengo a usted no se puede medir pero mi honor vale más y no voy a huir de un débil viejo que lo único que quiere son caprichos y no la quiere dejar hacer su viada a usted. Además no me he formado en la mejor escuela de soldados para a la primera de cambio salir corriendo de vuestro padre. Si el quiere matarme, que se atenga a las consecuencias –respondió arrogante el soldado a la princesa.
La princesa se puso a llorar desconsoladamente y se encerró en su cuarto en lo alto de la torre.
Al día siguiente cuando el anciano cascarrabias se disponia a luchar, apareció un dragón que lo raptó. Su hija no sabía que hacer y ¡qué mejor que recurrir al apuesto soldado que la había salvado tantas veces de los dragones!
Le pidió por favor que dejase los rencores atrás y que salvase a su padre. Él, al ver la cara de pena de la princesa, acepto salvarlo.
A los dos días el soldado se encontró en una cueva con el dragón y lo mató, salvó al rey del castillo y este al ver los rencores echados atrás y que le había salvado la vida decidió darle el permiso a su hija para casarse con él.
Después de unos años el rey murió de sobredosis y subió al trono el valiente soldado.
miércoles, 5 de marzo de 2008
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